Viñedos

Cuando se adquirió la Finca Can Axartell en la década de 1990, no había ni una sola vid en las 200 hectáreas de terreno. Las utilizaba un rebaño de ovejas que pastaban alrededor de las 40 hectáreas de olivos, que son la mayor propiedad de Can Axartell en cuanto a superficie. La edad de los olivos sólo puede estimarse, pero los expertos calculan que muchos de ellos tienen entre 500 y 1.000 años. El hecho de que Can Axartell ya producía vino hace siglos, muy apreciado en la cercana localidad de Pollença, sólo se hizo patente con el paso del tiempo. Sin embargo, estaba claro que habían existido viñedos en el este de Mallorca, como en casi toda la isla; en el siglo XIX, unas 30.000 hectáreas estaban cultivadas con vides, casi diez veces más que en la actualidad. Varios expertos en viticultura confirmaron que el terreno de la finca debía ser perfecto para producir vino. Pronto se comprobó que el suelo calcáreo tiene un alto contenido en calcio. El terreno de la finca está enclavado en un valle en el extremo sur de la sierra de Tramuntana. Allí, la montaña local llamada Penya Mascorda proyecta su sombra sobre el paisaje al atardecer. El valle está abierto en dos direcciones y recibe las brisas refrescantes de la bahía de Pollença, que está a sólo siete kilómetros. Antes de plantar el primer viñedo de 2,4 hectáreas, se aró profundamente la tierra, se retiraron las piedras más grandes y se sembraron hierbas como alfalfa y caléndula durante dos años para mejorar la estructura del suelo y reducir la colonización de nematodos. No fue hasta el tercer año cuando se plantaron las primeras vides en un suelo bien preparado y cultivado ecológicamente desde el principio. Lo mismo se hizo con todos los demás viñedos.