A medida que los viñedos se expandían año tras año, el plan de la bodega fue tomando forma. La cuestión decisiva era cómo hacer que el Método Gravedad, es decir, la producción de vino por gravedad y la consiguiente renuncia a bombear el vino, funcionara de manera significativa. La solución fue construir la bodega dentro de la antigua cantera, que parecía una herida abierta en la ladera. De este modo, la bodega pudo construirse donde había espacio suficiente para el Método Gravedad con una profundidad de más de cuatro pisos. Una vez terminado el edificio, la parte restante del cráter se rellenó por encima del techo y se niveló con el entorno. Ahora, el suelo está cubierto de vegetación y el terreno se integra armoniosamente en el paisaje, todo es verde y la cantera y la bodega han desaparecido en la montaña. Sólo la fachada de cristal de la entrada principal se abre sugerentemente al paisaje. La ubicación y el concepto de la bodega crean una temperatura fresca constante de 16 a 18 °C en el interior del edificio, lo que tiene un efecto positivo en la producción y almacenamiento de los vinos. Los empleados también disfrutan de este clima cuando el calor estival de Mallorca se eleva a 30 ó 40 °C fuera del edificio. El uso de este sistema de refrigeración natural y de bajo consumo energético está totalmente en línea con el concepto de salud, ecológico y sostenible de la bodega. La integración de la bodega en los terrenos baldíos de la cantera fue todo un éxito. Sin este concepto, la construcción de un edificio tan grande en el paisaje protegido no habría sido posible. El lema de la bodega resume la idea de Can Axartell en una frase: "El mejor vino se hace con respeto". Esto significa respeto por la naturaleza, respeto por el paisaje cultural, respeto por la tradición y respeto por las próximas generaciones, que se refleja en cada detalle.